SI yo rompo un vaso, mi responsabilidad será reponerlo, si alguien introduce el concepto de culpabilidad en esa acción, aunque reponga el vaso, existirá un peso encima que no me podré quitar, porque la culpa no se refiere al hecho sino a la persona mientras la responsabilidad es de la persona hacia el objeto, pero no del hecho.
La culpa sólo se expía con la penitencia, es una sutil forma de manipulación, mientras la responsabilidad se va adquiriendo con la asunción de que hay cosas que se pueden torcer o acabar. La culpa adquiere visos de tragedia porque no es abarcable, es totalmente subjetiva, mientras que la responsabilidad es totalmente dimensionable.
Culpabilizarnos no conduce a un sentido práctico de la vida porque induce a una rueda que no tiene fin, la culpa esclaviza y crece como una pelota de nieve, mientras que la adquisición de otra perspectiva de las cosas nos libera de ataduras y por tanto nos hace libres.
No en vano, hace ya mucho tiempo, algunas religiones hicieron de la culpa su eje de acción e incluso su amenaza constante, de hecho nos dicen que nacemos con la culpa, aunque nosotros no hayamos pedido nacer.
La adquisición de responsabilidad es fruto de la madurez y sobretodo de la decisión, sólo el que decide es responsable, mientras quien es esclavo de las decisiones de otro pena sus culpas.
Culpa o responsabilidad
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